domingo, octubre 10, 2010

Esquivando excusas II


18:00 de la tarde. Edificio Quintiliano. De vuelta al aula 101 donde tantas horas pasé. Allí asistí a la mayor parte de las clases de mi Diplomatura; allí fue donde me suspendieron mi último examen de la carrera y me lo volvieron a suspender (otra historia a la que le debo un post); donde me caí, delante de todos mis compañeros, al subir sus escalones durante la impartición de una lección magistral; allí se celebraron las últimas reuniones de la Comisión más grande de la Universidad cuando por un escaso tiempo se logró que nadie se aprovechara de ella y, especialmente, de los estudiantes que la integraban.

Pregunta uno
         Mazazo brutal a la lógica
Pregunta dos
y al sentido común,
Pregunta tres
a lo vivido, a lo experimentado
Pregunta cuatro
         Sálvese quien pueda
         No debo olvidar cual es el motivo que me ha conducido hoy hasta aquí

En cualquier caso, debo reconocer que he salido muy contenta del examen a la vez que bastante triste del examen, que me ha salido mejor de lo que esperaba y ya tengo en casa la copia del examen que es lo que debía conseguir. Aunque, al lear las dos primera preguntas fui consciente de que estudiando algo más podría haber aprobado el examen… 

En fin… La elección es un conflicto que conlleva y condena a asumir un riego imprevisible, decidimos optar por algo e inevitablemente desechamos un algo contrario; a veces con resultado opuesto y desfavorable de lo que en principio, pensamos que nos reportaría… otras veces es todo lo contrario.. Y ya está, es lo que hay, hay que asumirlo porque, aunque no lo hagas, las cosas no van a cambiar, ni se van a esfumar, ni va a ver una segunda oportunidad igual…  No hay lógica, ni razón, ni sentido común, ni te va a salvar de ello lo anteriormente vivido o experimentado… y por supuesto, no responde a lo que hayas hecho en esta u otra vida. 

Como decía Ray Loriga: “no tienes lo que te mereces; sino aquello que no puedes esquivar

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