(O de como la convinción en los proyectos, el esfuerzo y la unión coadyuvan a trasferir cualquier imposible al mundo de lo real)
Era algo más de las 10:30 de la mañana del 21 de octubre cuando la noticia empezaba a correr. Aún no se había hecho oficial por el Ministerio de Educación; pero la información ya se conocía. El Heraldo de Aragón era el primer medio en hacerse eco de la noticia, larioja.com citaba como fuente de la noticia al diario aragonés.
Yo me encontraba casualmente en Rectorado puesto que tenía una reunión a las 10:30. Obviamente, al enterarme de la noticia, daba por suspendida esa reunión. El vicerrector con quien había concertado la cita me propuso, en principio retrasarla unos minutos; pero yo insistí en que no. La noticia era lo suficientemente importante para la Universidad de La Rioja como para prestarle toda la atención y no escatimar ni un ápice en ello. Es aquello de “importante, urgente o esencial” que una amiga me enseñó hace ya siete años. Y este asunto era ESENCIAL.
