Flop!, te necesito
Fue en el mes de enero de 2003
cuando por primera vez decidí comenzar a escribir un blog. Entonces, incluso algunos las llamabamos bitácoras y muy poca gente tenía una.
Por aquel entonces, recuerdo que aquel blog siempre permaneció oculto, que ese espacio era mi espacio y quería que sólo fuera mío, que nadie lo leyera (aunque flop!, por una casualidad del destino, reparó en él). Escribía por necesidad, como si esas letras corrieran por mis venas; me ardieran en ellas y tuviera la necesidad de sacarlas, una necesidad que algunos experimentamos; de que vivieran por si mismas aunque lejos de los ojos de los demás.
Y flop! ; alguien con quién compartía pocos ideales, dicho sea de paso, pero con quién a menudo debatía sobre sus ideas y las mías; me ayudó a hacer más bonito aquel lugar y a darme ese espacio oculto a los demás. Incluso me ayudó a protegerlo advertiendome de como alejarlo de los ojos de extraños.
Hoy echo en falta aquello. Hoy tengo la necesidad de escribir para no ser leída, de dejar que esas letras fluyan. Escribir por la pura necesidad de escribir.
Puede que, de esa forma, fuera más sencillo afrontar y enfrentarme a algunos de mis miedos; miedos, muchos de ellos, que cuando alguien, sin querer me recuerdan de la forma posiblemente menos consciente, más tonta; explotan en un torrente doloroso y, a veces, desmedido.