domingo, julio 31, 2011

Cartas desde el eterno invierno

Foto F. Comillas. Fuente: F. Comillas
Llevo cerca de dos meses en Comillas y, tengo que reconocer que, para ser invierno, la verdad es que no está haciendo tan mal tiempo aquí. Es más, ya he conseguido llegar a vislumbrar, por unos instante, la forma que tiene el Sol; cómo será el Sol el día en que, por fin, se decida a llegar el verano.

Estos casi sesenta primeros días pasados en tierras cántabras se me hacen extraños. Han pasado, si echo la vista atrás desde la distancia, en un abrir y cerrar de ojos y, durante ellos, han ocurrido múltiples cosas que ya forman parte de un saco lleno de pasado. Mejores, las más, y peores, algunas, que finalmente se han ido trasformando y reconduciendo hasta tornarse en las primeras.

miércoles, julio 13, 2011

Viernes de dolor

Hace mucho tiempo que quiero escribir esto. Esta nueva entrada al blog no empieza hoy, empezó hace tiempo y, poco a poco, he ido completándola porque, mentiría si dijera que es fácil para mi escribir una entrada como ésta. Pero no es por lo que digo o por lo que dejo de decir de decir en ella... lo que pienso y creo,  no lo va a cambiar (o eso quiero creer) nada ni nadie... Pero... es por todo lo que siento.

Siempre que pienso en esto, recerdo el comienzo de "Las bicicletas son para el verano, obra de teatro de Fernando Fernán Gómez , que comienza con dos niños en un descampado, poco antes de abril de 1936, jugando a "las guerras", cuando, entre tiro y tiro, un niño le dice al otro "¿te imaginas que aquí hubiera una guerra?", obteniendo la respuesta de "eso es imposible, ¿Cómo va a haber una guerra aquí"

En Semana Santa, el domingo previo se llama Domigo de Ramos, el jueves santo... jueves santos, el domingo es domingo de resurrección y, para mí, tras ese 21 de marzo de 2008, el viernes de pasión se convirtió en viernes de dolor.