El mundo es de los hipócritas

("No hay terroristas buenos y terroritas malos")

Esto no va a ser un ensayo de la locura, ni pretende ser un ensayo de la hipocresia. Esto es sólo un relato de la vida, de la vida misma que, degraciadamente, nos rodea.

Hoy, sin quererlo ni buscarlo, me topé con una frae "No hay terroristas buenos, ni terroristas malos". Esa frase, que continuaba con un "hay que erradicarlos de las instituciones" ponía en pie a todo un pabellón. Todas y cada una de las personas que allí se encontraban manifestaBan su REPULSA AL TERRORISMO, ESE TERRORISMO DISFRAZADO DE LO QUE SEA con el que la sociedad libre, pacífica y constitucional puede toparse en cualquier instante del día a día. Pero, es ese instante, un instante que no es sólo un instante cualquiera, sino que es el INSTANTE QUE PUEDE COSTAR/ COSTARTE LA VIDA.

Pero, tristremente, cada día lo tengo más claro. El terrorismo; de pistola, palabra, obra y omisión; existe y seguirá existiendo gracias a quienes "para ellos es la vida". Y ese sentimiento me recorría el cuerpo, hervía mi sangre y erizaba mis nervios cuando, a mi alrededor, sentía de pie, aplaudiendo hipócritamente, a quién meses atrás DEFENDIÓ, CONSINTIÓ Y VOTÓ ideas cercanas a ese terrorismo que se escudaban en frases de condena "a la violencia... y cualquier otra violencia", frases que se tomaban por justificación por quienes cobran y VIVEN de sueldos encontrados, mientras en mi cabeza retruenan y me recuerdan a es frase de la película (que será mejor o peor) de "TODOS ESTAMOS INVITADOS":

"No les hagas caso, lo cuentan al revés. Ellos empezaron a torturarnos en los cuarteles y nosotros nos defendimos y nos seguimos defendiendo. Tenemos ese derecho, ¿No?"

Estoy segura de que el 99,97 % de la gente que se puso en pie para situarse y segir permaneciendor al lado de las víctimas, que se puso en pie en condena del terrorismos; lo hizo con toda su alma y todo su corazón. Pero me duele ver ese 0,03 % que dicen hacer, ese 0,03% que buscan una foto  y después hacen lo contrario; que buscan una imagen que no es fiel reflejo de sus actos alejados de las miradas de los demás. Que interpretan opuestos papeles según el ámbito en el que se encuentren. Hoy aplauden y se ponen de pie, mañana consienten y toman parte a favor de contra quienes ayer "condenaban" poniendose en pie.

BASTA YA, BASTA YA, BASTA YA.

¿Cuántas ciudades más , sueños, ilusiones, esperanzas... deben ser dinamitados en este país para romper la falsedad? ¿Cuántos españoles deben ser asesinados para acabar con la hipocresía?, ¿cuánto dolor más debemos sufrir en carnes propias y extrañas para que empecemos a tomarnos este tema en serio y dejemos de creer que aquí no va a pasar nada y nos demos, POR FIN, cuenta de que "TODOS ESTAMOS INVITADOS?

Lo siento mucho; pero no aguanto más... evito siempre los insultos en este espacio; pero hoy la sangre me hierve por la memoria de las víctimas del terrorismo porque, si no lo hiciera, su memoria y su injusta tragedia no tendría sentido: 

PUTOS PALMEROS, BUSCADORES DE RECOMPENSAS SIN ESCRÚPULOS que hoy se ponen de pie ante cualquier cosa que crean que puede ayudar a hacer mucho más cómoda su vida MIENTRAS AYER VOTABAN CONTRA EL MOTIVO POR EL QUE HOY SE PONEN EN PIE Y APLAUDEN. 

Me hace mucha gracia que, además, piensen que los actos de los demás están SIEMPRE motivaos por aviesas intenciones. Será que el ladrón cree a todos de su condición.

PUTOS VENDIDOS HIPÓCRITAS QUE ALIENTAN CON SUS ACTOS A LOS TERRORISTAS; ayudándoles en su causa, amparándose en "esto no va a pasar aquí"; esos que ven cien pulgas en el perro del vecino, ese perro que comparte juegos con el suyo, aunque al suyo nunca le afecten.

ESOS QUE SE JACTAN DE ACUDIR A CONCENTRACIONES en el que ser BIEN VISTOS por quien les dé un trozo de pan y DESGARRAN, CON SUS ACTOS, LAS MANOS no sólo de quién les da de comer; sino también de QUIENES ASEGURAN SU INNATO DERECHO A LA VIDA,  a la LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y OPINIÓN.

Y sí,  reconozco que hoy me duele la vida... me duele la vida de tener que compartirla en este mundo con esos HIPÓCRITAS... ESOS HIPÓCRITAS MERCADERES, no sólo de sus ideas; sino de la VIDA DE LOS DEMÁS. 

P.d. Sirva esta entrada,  no tanto como una condena; sino como un llamamiento a la REFLEXIÓN. La verdad no es la mía ni la de otro, es simplemente la verdad. Pero, indudablemente, la VERDAD (cualquiera de ella), EXIGE, en primer lugar, COHERENCIA.