El ejército de los necios

El ejército de los necios se esconde tras cualquier esquina, en cualquier rincón. A ambos lados de cualquier teléfono; en cualquier plaza, en cualquier calle; en todo patio de corralas. Nada se libra de ello. Ámbitos  con mayor o menor capacidad económica; con mayor o menor formación académica. Jóvenes, menos jóvenes y adultos menores y mayores; ancianos también.

En la heterogeneidad de sus cunas, desarollos y expansion; choca la homogeneidad en lo referente acapacidad que muestran sus capitanes: mediocridad; halos de grandeza inmerecida; una situación regalada, que no ganada, aun menos merecida y jamás demostrada. Y es de aquí de donde nace su necesidad, de su propia frustración personal y social en verse permanentemente superados por los demás, por esos a los que no les regalaron "una vida" y deben demostrar, permanentemente su capacidad.

"La conjura de los necios" de JK Toole

En la conjura de los necios, John Kennedy Toole nos habla de cómo, "cada vez que nace un genio, todos los necios se conjuran contra él" pero, cualquier definición que implique un grado (como ocurre entre genios y necios), depende siempre del prisma con el que se mira, necesita ser definida desde un punto de partida.

Para esta "especie de necios", los genios nacen todos los días y les rodean; los genios están en todas partes y hay que defenderse permanentemente de ellos, cada dia, con un ejercito bien armado y compenetrado con los ejércitos de los restantes necios. Alguien lanza el primer bombardeo y esconde la mano y la cabeza. Es el primer falso rumor que el resto de capitanes expandirán escondidos entre sus trincheras, los mas destacados necios intentan reforzar el ataque modificándolo y haciéndolo más grande y, si es posible, más destructivo. Pero como los objetivos de sus ataques son tantos, a veces confunden sus ataques y todo genera un fuego cruzado. Y así desgastantan sus aburridas vidas, intentando no pensar ni darse cuenta de lo desgraciados que realmente son y como su ejercito es, tan sólo fruto de su envidia, codicia, de su incapacidad, de su falta de méritos y exceso de rabia, aburrimiento y mala leche.

Otros buscan edificar sus Palacios y Imperios intentando someter sobre su yugo, bajo sus coaciones, bajo sus mentiras y amenazas, a quienes "un dedo" colocó por debajo de ellos, a quienes poseen un carácter más introvertido o son demasiado educados y, simplemente, no hablan por no molestar. Otros, además buscan ingenuos infantes que lancen su furia y sus tropas, mientras ellos lanzan frias y falsas sonrisas, verdaderamente tan mortíferas como el más cruento ejercito.

Y a los demás, tan sólo nos queda intentar vivar a pesar de ellos, intentar esquivar esos molestos aguijones cual picotazos de mosquitos que intenta chupar la sangre y vivir de nuestra propia vida; tan sólo nos queda seguir nuestro camino evitando caer en sus trampas y sumarnos a ellos, evitando que nos vampiricen, evitando que nos abduzcan, evitando convertirnos en necios.