viernes, septiembre 16, 2011

Cabeza ordenada

Ya hace más de un mes de aquel post denominado "Ordenando mi cabeza"

En aquella entrada decía casi al final "Coger aire; no pensar; dejar pasar y, ojalá, olvidar porque cada vez tengo más claro que, demasiadas veces, es mejor olvidar..."

Hoy tengo que decir que los días trascurridos han sido un tiempo más que suficiente como para saber que no quiero saber, que me da igual, que no me importa. Aquellas 40 horas en La Rioja fueron más que suficiente como para normalizar la situacion y darle su verdadero valor: NINGUNO. 

Y de tanto que lo normalicé, lo olvidé y dejé pasar; no me he acordado hasta hoy de escribir este post. Hoy, por eso, con este post pretendo poner un punto final a este tema.

Y es que no tiene sentido saber ni perder un segundo en intentar saberlo. Es que no me importa, es que me da igual. Yo no duermo con la conciencia de esa o esas personas capaces de caer tan bajo... y, de verdad y con cariño les digo que ojalá tengan remordimientos de conciencia por ello. Pero no lo deseo como algo negativo para ellos; sino como algo positivo porque es mejor tener mala conciencia que simplemente no tenerla; porque son los remordimientos los que nos hacen humanos y nos alejan de los animales.

Es posible que las personas en cuestión encuentren algún día esta entrada. De verdad, creedme, si seguís creyendo que tenéis tranquila la conciencia y que hicistéis lo correcto, haceroslo mirar por vuestro bien. Y haceros otro favor, dedicad más tiempo a ordenar vuestra vida y, sobretodo, vuestra cabeza que a controlar y prestar recelosa atención a la vida de los demás. Y si algún día tenéis la tentación de decirme quienes sois, en serio, no lo hagáis.

Pero bueno, como de todo hay que aprender en esta vida, también esta vez he aprendido la lección. No ser como vosotros NUNCA.

¿Fue cobardía?, ¿Aburrimiento de vivir vuestras vidas?, ¿Vendetta de algo que desconozco haberos hecho?, o, ¿fue tan sólo simple maldad? Haced revisión de vuestros actos y, por lo menos, sacad una conclusión de ello para que, por lo menos, os haya merecido la pena. ¡Suerte! aunque me temo que lo tenéis altamente complicado.

Y, con esto, hoy pongo a esta historia un punto final.



No hay comentarios:

Publicar un comentario