domingo, agosto 21, 2011

我 們 能

Cuando vivía en Logroño una frase y una expresión en chino presidía mi salón. A algunos de mis amigos los recuerdo mirando ese cartel cucando la vista, cómo si aquello fuera a darles el conocimiento y sabiduría necesario para lograr traducirlo. Nunca supieron lo que significaba. Nunca significó nada o, al menos, nada más que lo que yo quería recordarme cada mañana. No fue más que una expresión que intentaba recordarme, día a día, que es lo que debía hacer, lo que podía ser.



Cuando me fui de La Rioja, un amigo me dijo que no iba a aguantar en Comillas más allá del mes de diciembre.

Hoy me he decidido a colocar esa misma frase en el salón de mi nueva vida en Comillas.


No sé si aguantaré aquí; menos, por cuánto tiempo lo haré. Pero, al menos, definitivamente voy a intentarlo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario