¿Y me dirás quién soy?

a mis amigos 

(y a quienes nunca lo serán)

Dice el refranero español "Dime con quien andas y te diré quién eres". Pero también dice por ejemplo que, "En abril, aguas mil"  y, desde que me vine desde La Rioja en un mes de junio a vivir en Comillas, ha debido detenerse el tiempo ya que parezco vivir en un eterno mes abril.

¿Y con quién ando?, o mejor, ¿con quién debería andar?

¿Y qué es lo que me conviene y que no?, ¿Quiénes son los buenos y quiénes los malos?, ¿Quién y en  dónde se otorga esa autoridad moral para juzgarlo? Ni lo sé, ni me importa, ni quiero saberlo. Lo único que sé es que quien vaya a juzgarme por ello es, indudablemente, quien no me conviene.

Y es que las cosas son así. Y a quien no le guste, tiene tres cosas que hacer. Porque a mis amigos no los eligen los demás por mí puesto que, si fuera así, esos no serían mis amigos, tan sólo serían los amigos de quienes los eligieron por mí.

Se dice que quien tiene un AMIGO tiene un tesoro y yo tengo una auténtica fortuna que seguro que iré aumentando. Obviamente son todos los que son y son muchos; pero seguro que no están todos los que serán.

Y si alguien se precia en juzgarme a través de ellos, no me cabe duda de que rozaré el nivel de perfección. 

Porque tengo los mejores AMIGOS del mundo y son los mejores, entre otros, porque son mis AMIGOS; los que elegí, los que no permití que nada ni nadie me impusiera. A algunos los vemos más y  a otros hace tiempo que no veo. Mis amigos son muy diferentes entre ellos y a veces muy iguales. Y a veces piensan igual que yo, muchas otras lo hacen de forma opuesta; y discuto con ellos alguna vez y me enfado, y cuando lo hago me duele, y me desenfado, porque no merece la pena ya que la amistad está por encima de todo. Y me río, me río mucho. Y aprendo más. Y crezco con ellos. Y hasta alguna vez he llorado. Y...

PORQUE A MIS AMIGOS LOS ELIJO Y SEGUIRÉ ELIGIENDOLOS YO.

Y ahora, ¿Me dirás quién soy?

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