Somos campeones del mundo (o de como España se reconvirtió en España)

Retomo y afino una frase que se encontraba incorporada al post de 28 de octubre: No hace mucho,  veintitrés héroes, (entre cuyas filas podían contarse riojanos, castellano-manchegos, navarros, catalanes, madrileños, vascos, andaluces, asturianos, canarios, extremeños… de casi todos los puntos de nuestra geografía) recorrieron miles de kilómetros hasta llegar a unos inhóspitos parajes de verde suelo y "vuvuzela cielo"; blandiendose en duelo con una extraña esfera a la que los sabios de los cables, micrófonos y antenas denominaban “jabulani”. Mientras tanto, su país de origen sucumbía y se teñía de rojo y amarillo, pese a que la sangre no llegara al río y nadie resucitara o muriese cegado ante tal ofensivo colorido ni a nadie le explotaran la garganta o los oídos al cantar o escuchar, respectivamente, ese “Yo soy español, español, español”. 

Y así concluye la historia de aquellos héroes que tuvieron que viajar hasta el cono sur africano para conseguir que su país se reencontrara, para mostrarnos el reflejo, a miles de kilómetros de distancia de nosotros mismos, esos chicos venidos de todos los confines de aquella maraña con el terrorífico e impronunciable nombre de “España”, que nadie se atrevía a pronunciar y que era sustituido por “Estado” pelearon JUNTOS y, a pesar de perder la primera confrontación, lograron imponerse en las siguientes seis batallas que les otorgarían la víctoria final

Esta es la Historia de aquellos veintitrés valientes que tuvieron que ir a Sudáfrica para que  España volviera a sentirse orgullosa de ser España. Y que ya que estaban allí, decidieron traerse una copa que nos recordara, entre otros, que durante unos días fuimos un país que no se avergonzaba de serlo, que fuimos un país que generaba admiración y envidias sanas en el resto del mundo. Y posiblemente, durante ese tiempo, nos fuera mejor.